Corría el año 1996 cuando un periodista llamado Fausto Pérez Villarreal escribió en el diario El Tiempo de Colombia un artículo en el que hacía referencia a la importancia de que los hombres decoraran su casa. Una cuestión como esta era considerada por el autor como fundamental y la comparaba con las normas de higiene y belleza con las que las propias personas intentar cuidar su cuerpo.