El transporte se ha convertido en uno de los gastos ineludibles de la vida moderna. La mayoría de la gente se tiene que trasladar de un lugar a otro para trabajar o estudiar, para disfrutar del ocio o simplemente para ver a los familiares y amigos. Si hiciéramos un cálculo a final de mes, comprobaríamos que supone una parte importante de nuestro presupuesto, por lo que está plenamente justificado plantearse las medidas que podemos tomar para ahorrar en esta partida, que pasan por elegir el medio de transporte más eficiente y económico, y la manera más adecuada de utilizarlo. No será necesario empeñar el coche en una empresa especializada en este tipo de actividad, como Global Car, pero quizá sí tendremos que cambiar la manera de movernos. Además de ahorrar, podemos contribuir a conservar el medio ambiente, ya que el transporte es el responsable del 26 % de las emisiones de CO2 en España.
A pie y en bicicleta
Caminar no solo es la manera más económica de trasladarnos, sino también la más ecológica y saludable. Los trayectos que no superen los dos kilómetros se pueden hacer perfectamente andando. No llevan mucho tiempo (alrededor de veinte minutos a un paso normal), posiblemente menos de lo que tardaríamos en aparcar el coche o en esperar el autobús. Además, nos permiten hacer ejercicio y rebajar peso sin necesidad de ir al gimnasio o de seguir una dieta.
Los trayectos que no superen los cinco o seis kilómetros se pueden hacer en bicicleta, un medio de transporte tan saludable y ecológico como caminar. Ciertamente, comprar y mantener una bicicleta cuesta dinero, pero se trata de una inversión ínfima comparada con el coste de los abonos de transporte o de la gasolina. En algunas ciudades, como Barcelona, Granada, Santander, Sevilla, Zaragoza, Gijón, Valencia, Bilbao, San Sebastián, Valladolid, La Coruña y Pamplona, existen servicios de bicicletas municipales. En Madrid está previsto ponerlo en marcha a partir de mayo de 2014. El coste de los abonos varía según ciudades, pero se sitúa muy por debajo del transporte público o del vehículo privado.
En transporte público
Cuando las distancias son demasiado largas para las piernas, la primera alternativa es el transporte público. Este sistema presenta la ventaja de que nos permite rentabilizar mejor el tiempo, porque podemos aprovechar el trayecto para leer, contestar correos electrónicos e incluso trabajar cuando el tipo de tarea lo permite. Además, se puede combinar con la bicicleta. El transporte ferroviario es uno de los medios que menos consume y contamina. Por su parte, el autocar consume cuatro veces menos por viajero que el coche.
El ahorro en transporte público depende de la correcta elección de los bonos. En principio, el billete sencillo no compensa nunca. Por lo tanto, hay que comenzar calculando el número de viajes que se realizan al mes, para averiguar si compensa comprar un billete de diez viajes u optar por los abonos mensuales, trimestrales o anuales. Cuando no se hace un uso muy intensivo de este medio de transporte, la mejor opción pueden ser los billetes de diez viajes. Es conveniente comprobar si tenemos derecho a los abonos con descuento que ofrecen las administraciones para colectivos especiales, como los jóvenes, los mayores de 65 años, los pensionistas, las familias numerosas, las personas discapacitadas, etc.
El mayor problema de este tipo de transporte suele llegar de la mano de la prohibición de que suban animales de forma generalizada. Debido a ello, muchos propietarios de perros acaban teniendo que coger el coche por obligación cuando quieren desplazarse varios kilómetros y esto resulta bastante cómico porque, actualmente, es más fácil viajar a otra ciudad con tu mascota gracias a empresas como Animales por Avión que viajar al pueblo de al lado, o a la otra punta de la ciudad, ya que no hay transporte público en el que hacerlo.
En vehículo privado
El coche puede ser un gasto sangrante para la economía familiar: a la inversión inicial hay que añadir gasolina, aparcamiento, peajes, taller, impuestos, seguros, etc. La Dirección General de Tráfico calcula que sumando todos estos conceptos, el gasto medio de un coche es de 0,3 euros por kilómetro. Es un transporte que debería evitarse, dejándolo aparcado en la calle o en un parking, y si es de low cost, mejor. Si eso no fuera posible, debemos cambiar el modo de utilizarlo para gastar menos.
El consumo depende del tipo de vehículo utilizado. No consume lo mismo un utilitario que un BMW de gran cilindrada o un 4 x 4. Lo ideal para circular por ciudad es el coche eléctrico o el híbrido, que solo activa el motor de gasolina o gasóleo a partir de los 50 km/h. Todavía cuesta más que un coche normal, pero el ahorro en combustible y en emisiones contaminantes es muy grande.
Otro factor que permite ahorrar son los precios de los combustibles, que presentan más diferencias de lo que parece entre una gasolinera y otra. El portal de Internet www.geoportalgasolineras.es, del Ministerio de Industria, Energía y Comercio, localiza las estaciones de servicio más económicas en cada zona, con sus precios actualizados diariamente. La aplicación para móviles Gasolineras España también nos indicará la gasolinera más barata y cómo llegar hasta ella. Cabe la opción de compartir el coche con un compañero de trabajo o de estudios. Se trata de ponerse de acuerdo en los horarios y al final de mes se comprobará el ahorro en gasolina.
Conducir de forma más eficiente nos permitirá ahorrar hasta 600 euros anuales, según algunos cálculos que se han hecho. Las medidas más elementales son circular preferentemente en marchas largas, evitar las velocidades altas o apagar el motor cuando el vehículo tenga que detenerse más de un minuto.
Las facturas del taller suelen ser muy abultadas, aunque se trate sólo de las revisiones anuales. Los recambios de piezas importantes, como los embragues (de las marcas Luk, Sachs, Veleo, etc.), suelen ser caros. La solución no es prescindir de o retrasar estas revisiones, porque esto aumenta las probabilidades de sufrir una avería. Se pueden hacer aprovechando las ofertas de los talleres, sin necesidad de comprar las piezas de la marca oficial. Si tenemos algunas nociones básicas de mecánica, podemos hacer las revisiones más sencillas, como cambiar el aceite, la batería y el filtro de aire.