El otro día me dirigía a comprar unas luces led que me hacen falta para la cocina, y acabé en un atasco enorme. Pensando, me di cuenta que podía haberlas comprado por Internet, me hubiera ahorrado el atasco y la gasolina y aunque soy anti compras por Internet bajé la cabeza y compre en una tienda online de iluminación led y no me arrepiento: buenos precios, buena calidad. Todo llegó impecable y en el tiempo indicado. Perfecto.
El ritmo de vida que llevan muchas personas, teniendo en cuenta el trabajo, la familia, los niños, los quehaceres… no les da tiempo ni para ir a comprarse ropa, para renovar el armario, o comprar accesorios que necesiten para un evento. Los motivos y excusas para ir de compras pueden ser numerosos, así que, no voy a mencionar todos. Simplemente, si queremos ir, vamos, y no hay más que explicar. Por eso, hoy en día, se están creando más formas de que compremos de una forma cómoda, desde casa, sin casi movernos del sofá. Lo único que necesitamos es: cogernos cualquier aparato que tenga conexión a la red, la tarjeta de crédito, ir al armario a ver qué nos hace falta, o no, y ponernos cómodos en la parte que prefiramos de nuestra casa.
Como consejo diría que fuera una parte en la que estés a gusto y evitando que te molesten. Una vez acomodado, si sabes ya la tienda de la cual quieres comprar artículos, y su página web permite la compra online, accedes directamente a ella. Si no, puedes buscar páginas web que se dedican íntegramente a las compras online, que cada vez hay más. Hay muchas que te dan la opción de pagar los productos directamente cuando te llegan a casa, otra que te dan opción de devolverlo sin gastos de envío… lo mejor que puedes hacer es dedicar un poco de tiempo, el que puedas, a comparar unas páginas con otras, para ver cuáles son las mejores condiciones que se adaptan a tus circunstancias.
La parte mala de este asunto: si te compras ropa, zapatos o zapatillas… algo que requiera de tu talla personal, puede que no aciertes del todo y no quede como te imaginas que queda cuando lo ves en la foto de las páginas webs. Todos sabemos que las tallas, aunque en teoría sea la misma, varía mucho de prenda a prenda y depende también del tipo de tela con el que estén hechas las cosas que queremos comprar. Entonces, una vez te llega el pedido, a casa o vas a recogerlo a la propia tienda, viene el momento de probarse las cosas y ver en qué hemos acertado y en qué no. Una opción alternativa que se puede hacer, es que si hay tienda física, te vayas a probar allí en persona hasta que des con la talla adecuada, y ya si te es más cómodo, comprarlo a través de su web de Internet. Pero como ya he dicho, hay tiendas que te dejan devolver las prendas sin gastos de envío, e incluso, te lo recogen ellos mismos en casa. Suelen estar atentos a todo, la verdad que es una forma muy cómoda de comprar.
Otro aspecto a tener en cuenta cuando compramos por Internet, y lo digo porque se han dado muchos casos, es que la foto o imagen de la prenda o accesorio que queremos comprar, a veces, no corresponde exactamente (o nada) a lo que en verdad nos llega a casa. Y ahí es cuando viene el disgusto o desilusión. Así que hay que tener cuidado con las páginas por las que compramos por Internet, y hay que saber cuáles se acercan más a lo que realmente queremos y qué es lo que nos ofrecen.
Una ventaja que tiene sin duda este método de compra, es que no esperas las largas colas que a veces, se acumulan en las tiendas para pagar. Otra es, que te ahorras el agobio que sentimos a veces, dentro de los probadores (porque todos sabemos que hay algunos en el que apenas entramos, no nos dejan ningún sitio para dejar las prendas, o no tienen ni una silla para facilitarnos el proceso…). Y otra, es que no te peleas con nadie por esa última prenda que queda, y que la quieres, que sabes que tiene que ser tuya sí o sí.