El verano suele ser la estación del año favorita de muchas personas. Su naturaleza relajada y festiva la hace muy llamativa para la decoración de interiores y exteriores, pues convierte los espacios en unos en los que se siente la tranquilidad propia del verano. Para darle ese toque veraniego a las diferentes habitaciones, no es necesario que esté ubicado en alguna zona cercana a la playa; sino que ese ambiente puede conseguirse siguiendo algunas simples recomendaciones.
Cuando pensamos en el verano, suelen venir a la cabeza palabras como claridad, ligereza, colores claros, suavidad, calor, alegría y muchas otras propias de esa estación del año. Y es posible lograr que los espacios de nuestro hogar tengan esas mismas características sin tener que hacer grandes reformas, ni hacer un gasto muy elevado.
El aspecto económico es muy importante cuando se trata de redecorar una habitación o toda la propiedad, porque debemos pensar en que la inversión que se haga, debe ser rentable, es decir, que los cambios que se realicen puedan mantenerse por lo menos dos o tres años. Cambiar estilos decorativos en cada estación del año no es muy inteligente si pensamos en los gastos que eso conlleva, por ello es importante tomar en consideración que si queremos hacer esos cambios, debemos pensar en qué elementos podemos modificar según la estación, sin que eso signifique más gasto.
Si conseguimos tener todo esto en mente, podremos tener una decoración inspirada en el verano, pero que sea funcional durante todo el año. Pensando en ello, hemos hecho una lista de los elementos que requieren nuestra atención:
A nivel estructural
Si volvemos a pensar en el aspecto económico, no todos los proyectos decorativos se pueden permitir cambios estructurales que signifiquen derribar paredes para darle más amplitud al espacio. Sin embargo, sí que se pueden modificar algunos elementos, sin que eso signifique una reforma profunda.
En este particular, hay dos elementos que pueden significar un cambio muy importante, haciendo una inversión relativamente pequeña, estos son: las ventanas y la pintura.
- Las ventanas
La luz natural es fundamental para darle ese aire veraniego a las habitaciones de nuestro hogar, por ello se recomienda que las ventanas o puertas tengan vidrios completamente cristalinos, pues de esa manera la luz puede entrar más libremente.
En este elemento también es importante considerar cómo son los marcos de las ventanas, pues si buscamos luminosidad y claridad, estos deben ser preferiblemente de color blanco o en tonos pasteles muy sutiles (según los gustos de quienes harán vida en el espacio), nuestra recomendación es inclinarse por el blanco, pues no genera ningún problema a la hora de combinar estilos decorativos a largo plazo.
En relación al tipo de ventanas que ayudan a generar una sensación veraniega, podemos recomendar los siguientes:
- Ventanas batientes: Este tipo de ventana es el que se suele ver en zonas costeras, su particularidad es que se trata de una o dos hojas que permiten su apertura gracias a que giran sobre los marcos laterales, a los que están unidas mediante bisagras. Al ser un tipo de ventana muy tradicional se adapta muy cómodamente a cualquier estilo de decoración. En este caso una ventana batiente con marco blanco o tonos azules, es una buena manera de darle al hogar un aire veraniego.
- Ventanas rectas: Las ventanas de este tipo también son muy tradicionales y fáciles de adaptar a diferentes estilos decorativos. Si queremos un ambiente inspirado en el verano, estas pueden ser de gran ayuda porque son simples, agradables y cómodas.
- Ventanas (o puertas) correderas: Si tenemos espacios amplios, esta puede ser una manera de dividir las zonas, sin restarle luminosidad a las habitaciones.
- La Pintura
Antes de adentrarnos en la pintura como tal, es importante empezar prestándole especial atención a la elección de la paleta de colores, ya que este es el primer paso para la decoración. Esto porque si bien podemos combinar diferentes tipos de color y tonos, lo que menos queremos que el espacio no tenga cohesión y que pierda la ligereza propia del verano al recargarlo con una gran cantidad de tonalidades.
Partiendo de esa premisa, pintar las paredes es una manera simple de darle una nueva vida a los espacios del hogar y si queremos que este sea inspirado en un estilo veraniego, la pintura es la mejor aliada para darle ese toque tan especial. Según los especialistas de Pintores González, cuando se trata de cambiar los colores de las paredes, pensando específicamente en el verano, lo ideal es maximizar el uso del blanco, pues no solo genera una sensación de limpieza y pulcritud, sino que también ayuda a ampliar visualmente los espacios y a permitir mejor la entrada de luz.
Si partimos del blanco, es muy fácil que los puntos focales de las diferentes habitaciones sean en color, pues inmediatamente resaltan visualmente. En relación a los colores más ligados al verano, tenemos que destacar los azules, verdes y algunas tonalidades de rosa. Estos colores permiten seguir manteniendo la frescura del espacio y le aportan la calidez propia de la temporada.
Es importante recalcar que cuando hablamos de “maximizar el uso de blanco”, no estamos hablando de que no se puedan utilizar otros colores, pero si tomamos en cuenta que los azules, verdes y rosas son colores por sí mismos llamativos, al combinarlos con otros que también se conviertan en focos, se puede perder el efecto visual que hará de las paredes y piezas decorativas de color pierdan impacto.
Otro aspecto importante es que a la hora de pintar de estos colores veraniegos, es que se haga en tonalidades claras, por ello lo ideal es que las paredes tengan una base blanca, y esto es necesario para que la aplicación del color sea sencilla y que se necesite menos pintura.
A nivel decorativo
Cuando pensamos en decoración, debemos enfocarnos en piezas que sean útiles y que le aportan belleza al espacio. Si pensamos en el verano y seguimos tomando los colores azules, verdes y rosas como base, es mucho el juego que se puede dar para crear un espacio.
Si pensamos en mobiliario empotrado del tipo biblioteca o modulares que ya tengamos en casa, una buena capa de pintura blanca o de algún tono de la paleta elegida, es suficiente para que parezca como nuevo. Cambiar la ubicación de las cosas como la dirección de los libros o sumarle pequeñas plantas decorativas, puede cambiar completamente el efecto visual que produce el mueble.
En relación a sofás, butacas o bancos, lo ideal es que estos se mantengan dentro de la paleta de colores elegida desde el primer momento y pensando a largo plazo, por un tema económico, pues si en unos años queremos realizar otro cambio, es importante que estos se puedan adaptar sin tanto problema. Por ello lo más indicado es que se trate de tejidos fuertes, duraderos y preferiblemente, anti manchas.
Para una decoración veraniega, los colores más populares son aquellos que puedan presentarse en tonalidades crema, como el blanco o el beige (de allí la importancia de contar con una tela anti manchas). Esto porque como mencionamos antes, es importante que los elementos más costosos puedan ser fácilmente adaptables en caso de querer cambiar de estilo decorativo.
Como elementos decorativos los cojines, mantas y alfombras son grandes aliados para que nuestra casa tenga esas características tan propias del verano, y con ellos la libertad a la hora de jugar con los tonos, es amplia. Pensando en ello, es importante tomar en cuenta lo siguiente:
- Los cojines: En este punto particular, la creatividad es la bandera. Pues se pueden elegir varios tamaños/formas y también utilizar varias tonalidades de color para darle vida al mueble. Este es el espacio ideal para jugar con tonos claros y oscuros, pues es muy poco probable que fallemos si nos mantenemos dentro de los colores elegidos al comienzo del proyecto.
- Las mantas: No en todos los hogares existe la costumbre de tener mantas para el mobiliario del salón, sin embargo, siempre es bueno tener alguna no nada más como elemento decorativo, sino funcional. En una noche de películas, de trabajo o de estudio, siempre son necesarias para mantener la comodidad. Por ello, la recomendación es que se tengan varias que puedan cambiarse según la estación del año; pues en invierno una manta delgada no es funcional, pero en verano una manta gruesa tampoco. Idealmente los colores de ellas deben ir de la mano con los de los cojines para mantener una cohesión de los elementos.
- Las alfombras: Si queremos mantener el ambiente veraniego, las alfombras que se asemejan a tejidos naturales son ideales y por sus tonos, suelen encajar bastante bien con los colores que ya hemos mencionado. Lo importante es no recargar de alfombras todo el espacio, sino en puntos como el lugar donde ubiquemos una mesa de centro o el comedor.
Crear un ambiente veraniego no es complicado, sólo debemos pensar en lo que nos hace sentir esta época del año y cómo podemos llevarlo a nuestra casa, además que por lo general es un estilo decorativo que al no necesitar de demasiados elementos, suele ser más económico que otros. Recordemos que una de las cosas que más atrae del verano es la ligereza y la comodidad.