Ahora que estamos en fechas navideñas, a muchos de nosotros, como cada año, nos salta la duda de que debemos de regalar a nuestros seres más queridos y es que, por suerte, la inmensa mayoría de nosotros ya tenemos todas y cada una de nuestras necesidades básicas cubiertas. Por ello, es muy habitual que en algún momento de esa búsqueda de presentes soltemos la frase de: “No sé que le voy a regalar, si tiene de todo…”. Una frase muy recurrente que nos deja claro que vivimos en el primer mundo y que todo lo que podamos regalar, va a ser por ocio y disfrute y no para cumplir alguna de las necesidades básicas que tenga esa persona a la que tanto apreciamos.
No obstante, la realidad es que, en función de cual sea la profesión en la que se trabaja en el día a día, siempre podemos darle una vuelta de tuerca y obsequiar con el regalo perfecto a esa persona. Un presente que igual de inicio no le hace mucha ilusión pero que, pasado el tiempo, nos lo acabará agradeciendo ya que buscaremos que siga mucho tiempo con nosotros.
Quizá habéis llegado hasta este punto del post y todavía no sabéis a que nos referimos, sin embargo, la realidad es que ya os lo hemos desvelado en el título. Nos referimos concretamente a los equipos de protección individual, una serie de elementos que velan por nuestra seguridad y que buscan que, en caso de accidente no nos ocurra nada de lo que nos podamos lamentar en el futuro. Pero, ¿qué es un equipo de protección individual? La definición más estricta sobre el citado término nos habla de cualquier equipo, el cual esté destinado a ser llevado o sujetado por el trabajador o trabajadora para que a este se le proteja de uno o varios riesgos que puedan amenazar su seguridad o su salud durante el desempeño de su trabajo, así como cualquier complemento o accesorio destinado a tal fin y que complemente, como su propio nombre indica, la seguridad del operario.
Como regalo para estas fechas tan señaladas es una de las mejores opciones que tenemos disponibles y es que tal y como os hemos dicho, de primeras quizá no le parece el regalo que quisiera tener esa persona, sin embargo, inconscientemente, lo que le queremos transmitir es que le apreciamos tanto que buscamos su seguridad y que no le pase nada mientras trabaja, o lo que es lo mismo, que le queremos ver de vuelta en casa sano y salvo después de cada día de trabajo. Si finalmente nos decantamos por este tipo de presentes, en Workprotec encontraremos todo aquello que buscamos y es que son profesionales y verdaderos expertos en seguridad, por lo que si nos dejamos asesorar por ellos, tendremos la garantía de acertar con el mejor equipo de protección individual. Unos productos que aparecen reflejados en la Ley 31/1995, de 8 de noviembre, de prevención de Riesgos Laborales y que, sin duda alguna, harán que desde ese preciso instante en el que se entregue el regalo, el operario pueda desempeñar sus funciones laborales con la mayor de las garantías sobre su seguridad personal.
Los equipos de protección individual de los que os venimos hablando a lo largo del post están diseñados para que sean diferentes en cada uno de los puestos de trabajo que se pueden dar en el mercado laboral y es que no es lo mismo un pintor que un cantero o un fontanero que un dentista, es por ello por lo que cada una de las profesiones tiene una serie de equipos específicos para poder trabajar de forma segura.
Equipos de protección colectiva, una medida de seguridad para todos
Además de los diferentes equipos de protección individual de los que os hemos hablado, también tenemos los de protección colectiva, los cuales, como su propio nombre indica, están destinados a que no solo un trabajador se pueda beneficiar de ellos, sino que están pensados para que protejan a un gran número de trabajadores al mismo tiempo. En el caso de las construcciones, por ejemplo, las mallas de tela que rodean en altura a los inmuebles son las encargadas de poder parar a los operarios en caso de que se precipiten, una medida que afecta a todos los que operan en altura, con independencia de su profesión.