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Mantenimiento de la maquinaria de hostelería

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Todo aparato mecánico o eléctrico, necesita un mantenimiento para prolongar su vida útil y evitar averías costosas o difíciles de reparar. Tanto los vehículos que requieren de su mantenimiento periódico como un simple ordenador o teléfono que requiere por igual sus actualizaciones y mantenimiento se software y hardware, prolongan su vida si los llevas a cabo.

En la maquinaria industrial, ocurre lo mismo. Tanto vehículos como maquinaria, necesitan ser cuidados con mimo para evitar fallos, sobre todo, cuando se trata de sacar adelante una producción. Si hablamos del sector de la hostelería, ese mantenimiento debe ser más exhaustivo, puesto que se trabaja con alimentos para consumo.

Hablando con los profesionales del sector de la maquinaria hostelera de Mayfriho, hemos tomado nota sobre el mantenimiento adecuado que conviene realizar al mobiliario industrial hostelero. Desde el que se debe llevar a cabo por el propio personal que trabaja en la cocina hasta el que debe realizar el servicio técnico.

Dentro de una cocina, la grasa y la suciedad pueden dañar gravemente los equipos, además de que una falta de higiene y limpieza puede conllevar efectos indeseados en la cocción o almacenamiento de los alimentos. Por ello, conviene ser conscientes de la importancia que tienen las siguientes medidas.

Aunque lo más apropiado y recomendable es seguir las especificaciones que proporciona el mismo fabricante, algunas de esas pautas son comunes a la mayoría de la maquinaria.

La nevera siempre fría

El almacenamiento de los productos es algo que siempre hay que cuidar. El modo en que se guardan y el lugar, son tremendamente importantes. Protegerlos de cambios de temperatura, humedad o suciedad es mas fácil si realizas un mantenimiento de la nevera.

Diariamente debes comprobar que la temperatura se mantenga en cuatro grados centígrados e incluso menos. Según necesidad. Limpiar todo su interior, incluyendo baldas, paredes y cajones. Así como las juntas de la nevera.

Mantener la limpieza a diario evitará acumulación de suciedad que luego puede ser más costoso retirar.

Una vez al mes, hacer una revisión de las juntas, comprobar que no existen roturas y en tal caso, tomar las medidas para que sean sustituidas por el servicio técnico.

Limpiar las bobinas del condensador y el evaporador; así como las aspas del ventilador. Una acumulación excesiva de suciedad puede provocar un fallo en el mismo.

Inspeccionar el correcto funcionamiento del compresor es otra de las tareas que se deben realizar de forma mensual.

Cada tres meses, comprobar y revisar los niveles del refrigerante y la temperatura de prueba.

Plancha y parrilla, siempre limpias

En este aparato tan indispensable en la cocina, la grasa tiende a acumularse de forma que puede dañar el equipo.

Hacer una limpieza diaria de la plancha o las rejillas de la parrilla, para evitar acumulaciones, es esencial. Igualmente, la grasa sobrante tras cocinar cada alimento, puede generar cambios de sabor en los diferentes platos. Conviene tenerla siempre a punto.

Limpiar a diario los cajones de residuos es otra de las tareas inherentes al mantenimiento preventivo de una plancha industrial. La acumulación de grasas y otros residuos puede llegar a provocar incendios debido a que la grasa en si misma actúa como combustible.

Una vez al mes, calibrar el termostato y comprobar que funcione correctamente.

Trimestralmente, revisar a fondo todo el equipo. Comprobar que no hay grietas en la superficie y reemplazar las perillas o controles que estén desgastados.

El hielo, congelado

La máquina de hielo vive en el olvido del mantenimiento general. A veces se olvida que estamos hablando de alimentación y el hielo, se considera como alimento. Por lo tanto, conviene por igual, mantener perfectamente limpia y desinfectada la máquina y su interior.

Diariamente hay que comprobar su temperatura y ajustarla si procede. Asegurase de que realmente está produciendo hielo y revisar las tuberías de drenaje para asegurar que no están obstruidas.

Una vez a la semana, limpiar el exterior de forma adecuada y con el producto apropiado.

De forma semestral, limpiar y desinfectar el interior del contenedor y el condensador. Reemplazar los cartuchos que filtran el agua y limpiar (o reemplazar) los filtros del aire.

El aceite, reciente

Las freidoras son un claro ejemplo de la importancia absoluta que posee el mantenimiento y la limpieza de estos aparatos. Es fundamental tener un programa de filtrado y cambio de aceite que dé como resultado una fritura bien hecha y carente de trasferencia de sabores.

Diariamente hay que limpiar el exterior de la freidora, las cestas y filtrar el aceite.

Una vez a la semana, reemplazar el filtro del aceite. Así se garantiza que siempre se haga un buen filtrado. La acumulación de restos en el filtro es inevitable por tanto conviene reemplazarlo.

Una vez al mes, retirarla para poder limpiar la pared y los lados no visibles y a los que es difícil acceder. Inspeccionar la luz, revisar las juntas y limpiar el ventilador y todos los conductos del aire.

Cada tres meses, quitar el aceite y limpiar a conciencia. Hervir con agua es una de las tareas que conviene hacer para eliminar todos los restos sin recurrir a productos que puedan resultar tóxicos.

Hornear la suciedad

Muchos de los hornos suelen contar con un sistema de autolimpiado que destruye todo lo que se acumula en su interior. Estos hornos están diseñados para avisar de cuando es necesario realizar una limpieza a fondo. No obstante para los que no son tan inteligentes conviene seguir unas pautas.

Limpiar el interior, paredes y bandejas a diario. Las bandejas después de su uso y antes de volver a usarse si es preciso.

Quitar y limpiar también, la bandeja de goteo cuando termine la jornada. Igualmente limpiar y desinfectar la sonda de alimentos. Utilizar un producto adecuado para limpiar la junta de la puerta.

Una vez al mes delimitar el generador de vapor. Quitar los filtros del aire para limpiarlos bien e inspeccionar los drenajes. Revisar la junta de la puerta por si hubiere alguna fisura e inspeccionar las bisagras por si estuvieran mostrando señal de desgaste. La puerta tiene que cerrar bien para que el horno haga bien sus funciones y no pierda calor.

Una vez al año, comprobar que el termostato funciona correctamente y calibrarlo.

Lavar el lavavajillas

Ironías de la vida, el lavavajillas también requiere su dosis de limpieza. Para que su vida útil se prolongue, su mantenimiento debe hacerse a conciencia. La cal, los restos de comida y la propia grasa de la cocina, pueden hacer mella en el equipo.

Un consejo es eliminar primeramente los restos de comida existentes en los platos. Con eso evitaras tener que cambiar tan a menudo el cesto de restos o el filtro. Para evitar la acumulación de bacterias, dejar secar al aire durante toda la noche, es decir, abierto.

A diario hay que limpiar la cesta de basura, comprobar la cantidad de detergente, desinfectante y abrillantador. Inspeccionar las boquillas de enjuague en busca de obstrucciones y dejar abierto para que se seque como ya hemos comentado.

Una vez a la semana comprobar la temperatura del agua de enjuague y la presión, descalcificar el interior del lavavajillas e inspeccionar las líneas de drenaje. Estas deben estar despejadas.

Una vez al año, hacer una revisión técnica completa de la mano del servicio técnico competente. Aunque esto, conviene hacerlo con toda la maquinaria mencionada.

Dentro de la maquinaria para la hostelería existen muchos más aparatos. Hemos mencionado aquí los más básicos y fundamentales. En esencia, el mantenimiento básico para todos estos aparatos, es el mismo. Limpieza y cuidado de que las piezas fundamentales estén en condiciones, son las claves para prolongar la vida útil de la maquinaria.

Salvo especificaciones de fabricantes o maquinas concretas, con estas pautas, podrás tener la tranquilidad, de que tu maquinaria, no te fallará.

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