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Nada mejor que un buen masaje para aliviar dolencias tanto físicas como psicológicas

Imagen para Evasiom Spa...

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Ayer, salí cabreada del trabajo. Son cosas que a veces desgraciadamente ocurren… Me sentía terriblemente tensa tras la discusión que tuve con uno de mis colegas. Ensimismada y refunfuñando interiormente pasé delante de un escaparate de la calle Aribau de Barcelona, que me llamó la atención por lo bonito y la paz que me transmitió… En un cartel ponía: “Evasiom Spa, un santuario para el cuerpo y los sentidos”. Enseguida pensé que si tanta impresión me había causado este escaparate ¡es porque se trataba de un guiño del destino! ¡Esto no podía ser causal! Así pues, y sin pensármelo más, entré… Una agradable y sensual fragancia flotaba en el aire, la decoración, los colores terrenales, la iluminación y la música de fondo relajante me transportaron hacia otros horizontes, tierras y culturas lejanas a buen recaudo de mis preocupaciones cotidianas. ¡Esto era precisamente lo que actualmente necesitaba!

¡Sí! En mi caso, el masaje tailandés me pareció ser el más adecuado. Pues, el objetivo del masaje thai es, en efecto, el de armonizar, asegurar un óptimo fluir y estimular toda la energía del cuerpo del paciente, así como la de equilibrar las funciones de los cuatro elementos fundamentales del cuerpo. A saber, la tierra: partículas sólidas (huesos, músculos…), el agua: sangre y secreciones, el fuego: digestión y metabolismo, y el aire: respiración y circulación sanguínea, proporcionando al cabo de hora y media o dos, una sensación profunda de paz tanto física como interior. Las terapeutas del centro eran todas profesionales con suma experiencia e -¡incluso!- algunas habían trabajado en los mejores Spas del mundo, me hizo saber la chica que me recibió. Con ello, habían sido debidamente formadas y con certificación del Templo Po de Bangkok, del Ministerio de Sanidad de Tailandia, de la Djamoe School de Bali o de la Escuela Internacional de Masaje Balinés de Indonesia. Ellas trabajaban el cuerpo y las emociones, consiguiendo una experiencia única, un viaje hacia las profundidades abisales del “yo” interior, añadió sonriendo y serena…

Y me llevó hacia un lugar inmaculado, odorante y a media luz. Me puse cómoda y las manos expertas de una apacible terapeuta consiguieron poco a poco desanudar mis tensiones y aportarme un bienestar integral que pocas veces había experimentado. ¡Creo que hasta me dormí! Al final de la sesión, me sentí como nueva, dispuesta a afrontar cualquier adversidad. Aunque, en verdad, en aquel momento lo que sentía era tan fuerte, tan increíble que desprendía amor por todos los poros de mi cuerpo… Estaba en perfecta armonía conmigo misma y con el mundo entero… ¡Qué experiencia! ¡Volvería! Eso lo tenía clarísimo. Me quedaban otros tratamientos y rituales milenarios por probar. Además, saber que el centro estaba abierto ininterrumpidamente de lunes a sábado de 10:30 a 21:30h era de lo más interesante. ¡Me sería fácil escaparme del ruidoso mundo e irme hacia ese remanso de paz cuando tuviera tiempo libre! Evasiom Spa, es verdaderamente un refugio en plena urbe donde reina la calma, un espacio donde reequilibrar tu mente, cuerpo y sentidos…

Cuando volví el lunes al trabajo, con amabilidad le dije a mi colega: “siento mucho lo ocurrido el viernes. ¡Era una niñería! Enfadarse por una fotografía no tiene sentido.” Me dio la razón y sonriendo me enseñó la primera página del periódico. Estupefacta, constaté que la foto elegida era la mía…

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