En los últimos tiempos la tecnología ha invadido nuestras casas, centros de trabajo y lugares de ocio sin que nadie, salvo ella misma, opusiese resistencia alguna. Un arsenal de novedosos productos bombardea las retinas de cualquiera que se atreva a encender la televisión, escuchar la radio, mirar de reojo un escaparate o, ya sólo en el caso de los más intrépidos, atreverse a bucear en el vasto océano de posibilidades que es Internet. Lo que antes eran un teléfono, un walkman, una cámara o una radio, ahora se combinan en un solo dispositivo de infinidad de formas que satisfacen cualquier necesidad actual imaginable: adquirir un teléfono móvil que controle todos los sistemas electrónicos de tu hogar, comprar una tablet en TodoPad que haga más llevadero un largo viaje y almacene cientos de libros, dispositivos GPS o detectores de radar legales que faciliten nuestros desplazamientos…
Incluso algunos hobbies que estaban reservados para un exclusivo grupo de personas apasionadas por ellos o con un poder adquisitivo elevado ahora pueden ser practicados gracias a la enorme oferta de artilugios que se oferta (principalmente online). En estos momentos ya no disponemos de excusas para no cumplir el sueño de convertirnos en un referente musical mientras practicamos en una mesa de mezcla de DJ.
Uno de los aparatos con más demanda en los últimos años son las tablets, esa mezcla entre pantalla de teléfono móvil de última generación y ordenador portátil. Dentro de una tablet se encuentran prácticamente las mismas aplicaciones que aparecen en teléfonos y ordenadores y a un nivel de funcionalidad muy similar. Últimamente los nuevos diseños favorecen la especialización de las funciones de estas máquinas, es decir, podemos encontrar los denominados libros electrónicos que almacenan cientos de ejemplares y suelen contar también con procesadores de texto bastante competentes, los tabletófonos que se combinan con las características de los Smartphone y permiten usarlos como teléfono o los booklets, que son un formato híbrido en el que disponemos de dos pantallas con capacidad táctil (por lo menos una) para ser manejada como un teclado virtual.
La enorme cantidad de estos productos en el mercado ha favorecido que su precio medio no se dispare y, buscando bien, es posible encontrar auténticas gangas si lo que buscamos es comprar una tablet barata. La mejor forma de encontrar una buena oferta es comparando en diferentes portales online (la gran mayoría de tiendas dedicadas a este sector suelen tener su correspondiente dominio web en el que se puede consultar su catálogo de artículos). La casi totalidad de compañías que manufacturan dispositivos electrónicos se han introducido en el mercado de las tablets, por lo que las marcas y los sistemas operativos en las que las se pueden encontrar son muy variadas, al igual que sus diferencias de tamaños, resolución, aplicaciones disponibles y descargables en su software y, cómo no, precios. En las tablets PC (las clásicas), el tamaño varía entre las 7 u 8 pulgadas hasta las poco más de 13 pulgadas. El precio de estas no solo depende del tamaño, sino de la potencia de su software, la resolución de la pantalla y el nombre de la marca que otorga un cierto valor que no siempre es real, por lo que es bueno consultar a los encargados de las tiendas y a las recomendaciones de especialistas en el tema.
El material de fabricación también es importante, ya que son dispositivos sobre los que vamos a ejercer un uso continuo y una manipulación incorrecta o agresiva puede afectar al funcionamiento del aparato. Tal y como nos cuentan desde Mediamarket 88, el mejor ejemplo lo tenemos en las tablets diseñadas para uso infantil (disponen de aplicaciones con contenidos educativos) que están construidas con elementos más resistentes y protegidas por gomas o siliconas. Al final, lo que va a hacer que estos artilugios nos salgan baratos, es saber qué tipo concreto se ajusta a nuestras necesidades y qué uso tenemos pensado darle.
Gracias al auge de la música electrónica, no solo contamos con la posibilidad de comprar los típicos productos electrónicos estrella de cada cumpleaños, aniversario o navidad (las anteriormente mencionadas tablets, discos duros interactivos, ordenadores portátiles…), sino que podemos ir más allá y comprar una mesa de mezclas para practicar nuestras dotes de DJ en un estudio de grabación propio, hacer unos pinitos como músicos, mezcladores, montando y editando audios o simplemente pasar un buen rato. En muchos distribuidores de aparatos electrónicos encontramos marcas y precios que venden una buena variedad de modelos de distinto nivel, desde algunos de iniciación a mesas profesionales. Algunas incluso nos sirven para montaje radiofónico o cinematográfico, por lo que es un complemento ideal si trabajamos en actividades que requieran este tipo de aptitudes.
Las hay de dos tipos, analógicas y digitales (estas últimas son las que predominan actualmente debido a su mayor versatilidad). La mayoría cuenta con diferentes herramientas de audio, como micros, altavoces, entradas de línea y externas de USB o CD, gira discos de vinilos (ahora digitalizados) y luego una serie de moduladores que trabajan con efectos sonoros, ecualizadores, volumen y mezcladores, para crear el efecto buscado. En el mercado se encuentran combinaciones de dispositivos para conformar la mesa de mezcla óptima.
Si por temas de trabajo o por su situación personal es una persona que pasa muchas horas viajando por carretera, resulta interesante comprobar el surtido de detectores de radar legales que hay disponibles en tiendas de electrónica especializadas. Es bueno que, si finalmente nos decidimos a comprar uno de estos aparatos, los consigamos en tiendas en las que nos acrediten su legalidad, cumpliendo con la actual normativa vigente (puede variar según los países en los que circulemos) en cuanto a su uso y la homologación correspondiente según cada tipo de vehículo. La mayoría de estos equipos portátiles no requieren instalación alguna, son fáciles de manejar y los hay disponibles tanto para coche como para adaptarlos a motocicletas. Con estos aparatos podemos averiguar al momento si nuestro vehículo se encuentra monitorizado por un radar, lo que puede evitar una futura multa por superar los límites de velocidad establecidos en la vía. Algunos podemos encontrarlos asociados a aparatos de recepción GPS, lo que sube en cierta medida su precio, aunque también su utilidad práctica.