Todos los sectores han experimentado notables cambios en lo que va de década. Desde la pandemia hasta la crisis generada por la guerra de Ucrania, han ido surgiendo desavenencias por el camino de la industria, el turismo, la alimentación y por supuesto, la construcción. Como decimos, todos los sectores se han visto afectados en mayor o menor medida por las debacles a las que se enfrenta la sociedad. Aunque lo habitual es hablar sobre como todo esto afecta a las personas, consumidores y usuarios en primera instancia, no está demás hacerlo sobre cómo las situaciones vividas a nivel global afectan a los diferentes sectores. Al fin y al cabo, todo lo que afecte a la industria y demás, acaba por afectar en primera instancia al ciudadano de a pie.
Uno de los sectores que se ha visto afectado por todos estos tumultos, ha sido, evidentemente, evidentemente, el de la construcción. Un incremento en los costes de los materiales, la falta de mano de obra y la incertidumbre económica, se han convertido en los desafíos ante los que se ha colocado el sector. De manera sorprendente, se espera que aun así, el sector siga con su crecimiento durante los próximos años.
Empresas del sector como Sinexia Servicios de construcción, presagian un buen futuro en lo que a construcciones respecta. El sector remonta y contribuye al crecimiento del país. La construcción tiene un gran peso dentro de la economía española y genera empleo allá por donde pasa. La evolución histórica del sector en nuestro país ha sido un tanto rocambolesca pero se mantiene en auge. Desde que entre los noventa y el dos mil siete, experimentamos la conocida “burbuja inmobiliaria”, un periodo expansivo y de crecimiento sin precedentes, seguido por la crisis mundial del dos mil siete y dos mil ocho, el sector y la economía global se vieron impactados en gran medida. La caída de los activos y el desempleo generado, no contribuyeron positivamente. Sin embargo, a partir del dos mil trece y hasta hace pocos años, la tendencia se mantuvo estable.
La construcción en la actualidad
Los datos nos muestran un claro y exponencial crecimiento del sector. Desde que superamos la pandemia, se produjo un aumento de más del cinco por cien en la actividad, durante el primer semestre del dos mil veintidós. Aun así, se enfrentaba a retos y dificultades como el encarecimiento de los materiales y el desabastecimiento de las materias primas, la falta de personal cualificado y las crecientes y difícilmente salvables dificultades a la hora de encontrar financiación.
Respecto al incremento de los costes en materiales a consecuencia de la fuerte demanda global y el citado conflicto de Ucrania, podemos decir que se han visto afectados los materiales más básicos, destacando el aumento del precio del acero, cobre y aluminio. Aun así, hace dos años, se esperaba un crecimiento del dos al tres por cien, respectivamente.
Una de las opciones que presenta el sector para enfrentarse a los retos que se le plantean, es adaptarse a la digitalización y al big data, para que las empresas realicen movimientos estratégicos con la finalidad de lograr crecimiento.
Como ya comentábamos anteriormente, en el año dos mil veintidós, a pesar de los citados problemas de abastecimiento, la crisis, etc. la actividad aumento en más de un cinco por cien. Este hecho contribuyo a la evolución del empleo en el sector, alcanzado casi el millón y medio de empleados.
Dentro de las perspectivas y tendencias que se esperan en el sector de la construcción en nuestro país, seguimos enfrentando diferentes retos y dificultades entre los que siguen vigentes el encarecimiento y desabastecimiento de las materias primas, la falta de mano de obra cualificada y la financiación. Factores que no parece que vayan a cambiar de forma inminente aunque si se percibe una mejoría y se augura un crecimiento positivo, aunque quizá, lento.
Aun existiendo una grave incertidumbre económica que frena la inversión en lo que construcción residencial respecta, la inflación y la subida de los tipos de interés que ralentizan las transacciones inmobiliarias, el sector sigue experimentando un crecimiento ligero. Esto nos lleva a como la tendencia del sector es utilizar el big data y la digitalización para que los procesos de construcción sean más óptimos y eficientes. Gracias a las herramientas digitales, los procesos de construcción en nuestro país se verán reforzados por la optimización de todos y cada uno de los procesos productivos, así como de una excelente optimización de los recursos. Todavía queda mucho camino por recorrer en este sentido pero ya se vislumbran las mejoras.
Por otro lado, las empresas constructoras, se encuentran ampliando sus proyectos y buscando nuevas oportunidades de crecimiento en el agua, las concesiones y los países de habla inglesa, entre otros. Sin olvidad que se prevé la contratación de obras públicas como motor principal de la actividad, especialmente gracias a los fondos europeos.
El aumento de los costes de los materiales de construcción tiene, como cabe esperar, un impacto relevante que genera dificultades en la planificación y consiguiente ejecución de los proyectos, sobre todo en los que cuentan con presupuestos ajustados. La falta de materiales en el mercado genera problemas de disponibilidad que ralentizan los trabajos. Aun así, se espera que los costes de los materiales disminuyan a corto plazo aunque se están buscando soluciones como la fabricación de materiales alternativos.
Obra nueva y rehabilitación
Tras la pandemia, se registró una disminución del tres por ciento en lo que a superficie para obra nueva y rehabilitación respecta. Esto sucede justo tras cinco trimestres en los que el incremento era la tendencia. Sin embargo, aun tratándose de una cifra negativa, hay que tener en cuenta que se produce tras un confinamiento global y la parada en seco de la economía a consecuencia de la pandemia. Además de los retos reseñados a los que se enfrenta el sector en la actualidad.
En lo relativo a la evolución de la construcción residencial en España, se espera una disminución en el coste de los materiales que representa el tres por ciento. No obstante, los costes siguen siendo un quince por ciento más elevados de lo que eran en el año dos mil diecinueve. La incertidumbre económica general, ha derivado en un frenazo de la inversión en el sector de la edificación residencial, lo que hace que el crecimiento sea más lento que en otras áreas de la construcción. Aunque se espera un crecimiento moderado durante los próximos años.
Uno de los aspectos más favorables para el crecimiento de la construcción en nuestro país, se encuentra en los fondos europeos que afectan directamente a la contratación de obras públicas. En los años precedentes estos fondos supusieron una media del diez por ciento de impacto anual. Estos fondos de recuperación supusieron y aun suponen, un gran impulso para la construcción en España, destinándose los mismos a proyectos de construcción, rehabilitación, ampliación y modernización, en particular en las áreas en las que es necesaria una acción inminente y de carácter urgente en un momento en el que la inversión de capital privado es limitada. Los mismos fondos se han destinado a adoptar medidas de digitalización y sostenibilidad en construcción.
En resumen, los fondos europeos de recuperación han tenido un impacto bastante significativo en lo que a contratación de obras públicas respecta. Sobre todo a nivel de proyectos de infraestructura y rehabilitación. Lo que ha permitido que en nuestro país se impulsen proyectos emblemáticos de gran envergadura como la rehabilitación de la Gran Vía madrileña o el Mercat dels Encants en Barcelona.
Por otro lado, los Fondos Next Generation, suponen otro gran impulso para el sector de la construcción de nuestro país, en particular a todo lo relativo a la renovación y modernización de edificios, infraestructuras y servicios. El objetivo principal de estos fondos en concreto, es fomentar la sostenibilidad y la lucha contra el cambio climático, financiando proyectos que deben cumplir ciertos criterios de carácter ambiental y social. Se espera que sirvan como motor de arranque para proyectos de construcción sostenible con alta eficiencia energética y la modernización y mejora del transporte público.
Con todo esto, las previsiones del sector son moderadamente prometedoras y se espera un crecimiento de más del cuatro por ciento, a consecuencia del aumento de la obra civil. Esto definiría una tendencia claramente ascendente, tras la desaceleración sufrida en el crecimiento de la construcción residencial. Al mismo tiempo, se espera que la inversión en infraestructura, se convierta en el principal impulsor del sector, gracias a los citados Fondos Next Generation.
En conclusión, se espera que todos estos aspectos, tengan un impacto muy significativo en la recuperación económica de España y, por supuesto, en el propio sector. En lo referente a la construcción residencial, se espera que el mercado inmobiliario se estabilice con una mayor y mejor oferta de proyectos y una necesaria normalización de los precios de la vivienda. Así mismo, la rehabilitación de los edificios, deberá seguir siendo una parte esencial de la industria en los próximos años, a consecuencia de la necesidad de mejorar la eficiencia energética de los edificios ya existentes.