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Es necesario concienciar para luchar contra los productos falsificados

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En un paseo por la playa me di cuenta de la cantidad de productos falsificados que hay en los famosos “top manta”. Estos productos me llamaron la atención porque cada vez más se acercan más en apariencia a los productos originales, pero no tanto en calidad, ya que muchos se realizan con materiales baratos.

Las falsificaciones no son algo nuevo en nuestro país, llevamos décadas luchando contra ellas, e incluso se han llevado operaciones policiales a gran escala para desmantelar grupos criminales que se financiaban con la venta de productos de moda falsificados, como es el caso de la Camorra italiana.

Parece mentira que en el país en el que todas las empresas tienen que registrar los diseños industriales y marcas, tengamos en plena calle falsificaciones accesibles. No olvidemos que la Oficina Europea para la protección de la Propiedad Intelectual está en Alicante, y esto supone una gran relevancia dado que los litigios sobre los bienes inmateriales que protege se llevan a cabo en el Juzgado de lo Mercantil número uno de la ciudad de Alicante.

Las importaciones de productos falsificados se han hecho normalmente desde África, pero esto ahora ha cambiado. Actualmente China es un país en el que las falsificaciones están a la orden del día. Se falsifican zapatillas, bolsos, e incluso vehículos que tienen una clara línea en modelos europeos.

Existe una laxa regulación en este país que hace que las empresas no tengan ninguna consecuencia cuando copian modelos de otras marcas y los venden como si fuesen las mismas. Este intrusismo supone un perjuicio económico que afecta a las empresas y a los trabajadores de las mismas.

En los últimos años se le ha dado mucho valor a los contenidos digitales relacionados con consejos de belleza, que se han subido a las redes sociales. Esto ha hecho proliferar marcas de cosméticos cuyo reclamo es su bajo precio, lo que es algo a tener en cuenta, porque no indican que su maquillaje sea bueno, sino solo barato.

En el artículo de hoy vamos a hablar de cómo se están falsificando productos de cosmética, algo que puede ser realmente perjudicial no solo por los engaños, sino porque la salud puede verse afectada.

El mercado de las falsificaciones también afecta a los cosméticos

El mercado de las falsificaciones de perfumes, maquillaje y cremas no ha parado de crecer, lo que ha supuesto importantes pérdidas para el sector de la perfumería y la cosmética. Solo en nuestro país se han dejado de ingresas casi 950 millones de euros y se pierden 10.000 puestos de trabajo al año.

Pero dejando a un lado las consecuencias económicas, que son muy negativas, a diferencia de lo que pasa con productos como la música, el cine o el textil, la piratería de productos cosméticos supone un riesgo para la salud de consumidor, como intoxicaciones por inhalación, irritaciones oculares, dermatitis, reacciones alérgicas severas, manchas en la piel, fototoxicidad e incluso problemas más graves a largo plazo.

Tal y como aseguran desde STANPA, la Asociación Nacional de Perfumería y Cosmética, “la falsificación de productos cosméticos constituye un peligro para la salud pública. En los análisis realizados a perfumes y cosméticos falsos, se han encontrado sustancias ilegales que no pasarían los test de seguridad y que podrían amenazar la salud del consumidor”.

Una de las primeras cuestiones que debemos plantearnos, tal y como nos advierten desde STANPA, son los pequeños matices. Por un lado, están las falsificaciones, que son productos que intentan hacerse pasar por otro y que se adquieren en puntos de venta que no están regulados. Entran en nuestro país saltándose las aduanas o bien disfrazadas a través de Internet.

Pero comprar por Internet no siempre supone ser engañado, ya que existen tiendas en las que se venden productos cosméticos de primeras marcas. Es el caso de Belleza 365, una tienda online cuyo objetivo es ofrecer los mejores productos de las mejores marcas a los precios más económicos de la red, con la confianza de que ofrecen productos cien por cien originales con garantía del fabricante.

En el otro lado, tenemos las copias, que son productos elaborados a través de tablas de equivalencias, aprovechándose de la fama de los productos que copian sin usar su nombre; pero son completamente legales, son seguros, están regulados y se adquieren en puntos de venta oficiales.

En España, las garantías sanitarias de los productos cosméticos son las mismas que en el resto de los países de la Unión Europea. La Agencia Española del Medicamento y los Productos Sanitarios (AEMPS), es la responsable de hacer que estas directrices se cumplan. Se regula desde la prohibición de determinados ingredientes, hasta qué tipos de conservantes, colorantes o filtros UV se pueden utilizar.

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