Era un objetivo que teníamos pendiente desde hace muchos años. La idea era volvernos a juntar los 6 amigos de toda la vida. Habíamos ido juntos al colegio, instituto y dos de ellos incluso a la universidad. Posteriormente fuimos perdiendo el contacto, pero gracias a las nuevas tecnologías es decir el famoso Facebook y el Whatsapp volvimos a retomarlo. Y dijimos que teníamos que quedar de nuevo un fin de semana.
No era fácil porque cada uno vivimos en un lado. Así que nos pusimos a pensar y el mejor lugar para quedar era Barcelona. Dos ya vivían allí, otros dos en Cataluña, otro en Madrid y yo en Zaragoza. Como es lógico la mejor opción era quedar en la Ciudad Condal. Así que nos pusimos manos a la obra para organizar un bonito reencuentro vintage. Afortunadamente tuvimos mucha suerte con el hotel. Nos alojamos en el Boria BCN y fue todo un acierto. No es fácil pillar algo tan económico y un lugar tan perfecto de Barcelona. Así que por ese lado no tuvimos ningún problema, y ya me encargué de dar las gracias por todo en las páginas de Internet.
Después de casi 20 años nos habíamos juntados de nuevo. Bien es cierto que los años no pasan en balde. En mi caso por ejemplo son las canas las que me delatan, pero dos de mis colegas, Juan y David, ya están calvos. Ellos me comentaron que preferían tener canas a no tener ni un pelo. Eso yo creo que es por gustos. La verdad es que fue un reencuentro precioso. No faltaron las anécdotas de cuando éramos críos, de nuestras primeras salidas de fiesta, nuestros primeros besos etc… La verdad es que en el tema de amor no hemos tenido mucha suerte. De los 6, dos estamos solteros, dos separados y dos casados. Un 33% de cada caso. Aunque entre bromas (o no) los casados reconocían que pronto pasarán a ser del otro porcentaje. Es cierto que es una barbaridad lo que aumentan las cifras de separaciones en este país.
De tapas y vinos
Y tanto recordar las salidas nocturnas, era el momento de salir de fiesta por Barcelona. La verdad es que fue una gozada. Realizamos una ronda de tapas en la que descubrimos que aunque son otras ciudades en este país las que tienen la fama de rutas taperas, en BCN también se puede tapear de lujo.Además todo amenizado por excelentes vinos de la zona del Penedés. Por cierto recomiendo unos vinos naturales que os van a sorprender.
Después de comer, no pudo faltar la tradicional copa de gin tonic para hacer la digestión. Lo hicimos en la zona del puerto que tiene unos bares de copas excelentes. Además nos hizo bueno, así que estuvimos de maravilla. Para la noche reservamos en un restaurante que también cumplió con las expectativas. Y después de cenar, más fiesta.
La verdad es que nos lo pasamos bomba. Fue una quedada muy emotiva con anécdotas, y promesas de futuro. Y por supuesto, no pudo faltar la tradicional resaca. Hay muchas cosas que han cambiado en nuestras vidas, pero una que no. Si el día anterior te pasas con las copas, al día siguiente te levantas como los personajes de The Walking Dead.
Pero mereció la pena, porque es un placer volver a juntarte con los amigos de toda la vida. Ahora ya hemos dicho que la próxima quedada tendrá que ser en verano y en una zona de playa. Veremos si podemos estar todos, porque los casados no nos lo han confirmado.