¿A que nunca os habíais planteado la relación que tiene la ley antitabaco con las empresas de toldos? Pues yo, sinceramente, nunca lo había pensado, ni me lo había planteado hasta ayer que vi en un toldo una pequeña reseña de la empresa de Barcelona Toldos Clot S. L. y se me ocurrió pensarlo. Os explico, pues os estaréis preguntando a qué viene esto. Ayer salí de la oficina un poco antes de la hora habitual y me fui a una cafetería donde mi pareja y yo nos reunimos todos los viernes al salir de trabajar con unos amigos para tomar unas copas tranquilamente, puesto que hay que comenzar bien el fin de semana, pero claro, como era un poco más temprano de lo habitual, me tocó esperar.
Me senté en una silla en la fabulosa terraza que tiene esta cafetería, pues estaba una tarde de sol espléndida y la verdad es que apetecía después de los crudos días de invierno que acabamos de pasar. Allí pedí un café con leche y encendí un cigarrillo. Estaba yo tranquila y relajadamente contemplando el vaivén de la gente al pasar cuando, sin saber por qué, mi vista se fijó que en una esquina del toldo vertical que cerraba por un lateral la terraza para cortar el poco viento que en ese momento había estaba una pequeña reseña de la empresa fabricante del toldo, y empecé a pensar en cómo han cambiado las cafeterías desde que entró en vigor en España la ley antitabaco. Y no hace tanto tiempo de esto, creo recordar que fue en el año 2006, cuando para disminuir la exposición pasiva al humo del tabaco, sobre todo en niños y adolescentes, dividieron los espacios públicos cerrados para fumadores y no fumadores, y ya en el año 2011 se prohibió fumar en todos los espacios públicos cerrados, como bares, pubs, discotecas, restaurantes…, desapareciendo los lugares habilitados para fumadores. A raíz de esto fue cuando comenzaron a proliferar las terrazas al aire libre en los bares y restaurantes, para poder echar el pitillo, pero claro, en verano, con buen tiempo, muy bien, pero en invierno los clientes se quejaban del frío. Los propietarios de las cafeterías y locales afectados pusieron en marcha su ingenio para idear espacios donde el cliente pudiese estar a gusto tomando su consumición y al mismo tiempo el que quisiese pudiese encender su cigarrillo. Así fueron surgiendo en unos lugares primero los toldos de brazo articulado, las pérgolas, los parasoles y sus cerramientos, donde algunos modelos llevan incorporados unos pequeños sistemas de calefacción e iluminación para los días más fríos o para las noches, y luego, por lo menos es el sistema que a mí me parece más novedoso, vinieron los toldos verticales con guía, que cierran o aíslan un poco más la terraza, donde en algunas se colocan unas estufillas de exterior tipo setas.
Tan ensimismada estaba yo con este tema que no me daba cuenta de que estaban llegando mis amigos. Casi me asusté cuando tomándome el pelo me saludaron, preguntándome si estaba soñando despierta. Les contesté que estaba pensando algo que nunca había relacionado, y se lo expliqué. A partir de aquí se inició una conversación y debate entre los que eran partidarios o no de la ley antitabaco, sobre sus beneficios y el cambio de hábitos de los fumadores, y sobre todo por cómo suscitó en el sector de la hostelería en un principio bastantes reticencias, pues estaban en contra de la ley, al suponer que les iba a ocasionar importantes pérdidas económicas. Pero al final, yo creo que la sociedad en general apoyó esta medida, y ya no hay vuelta atrás, pues las mejoras son evidentes, los empresarios buscaron una alternativa y la gente igualmente sigue acudiendo a bares y restaurantes. Eso sí, el número de terrazas se han triplicado o cuadruplicado, ahora a veces incluso es difícil encontrar mesas y sillas vacías, y el concepto de terraza de verano ha cambiado, ahora es terraza todo el año, incluso con su mantita en la silla.