Soy un enamorado de los coches. Tengo claro que donde esté yo, tiene que estar uno a mi lado. Haciendo un poco de cuentas he pasado por tener casi diez coches en toda mi vida. Y de todos guardo un grato recuerdo. Llevo con carnet desde los 18 años, aunque ya en mi pueblo conducía la furgoneta de mi abuelo con 14. Ahora que está de moda lo de quitar el carnet a las personas con más edad. Yo creo que el máximo tiempo que he estado sin conducir un automóvil es tres días. Y si me pasó esto fue porque me fui a trabajar a Alemania y claro, no pude llevar mi coche porque aún no sabía si iba a estar allí mucho tiempo.
Trasladar mi coche
Finalmente la apuesta profesional que realicé salió positiva, y con el contrato de trabajo firmado en la mesa, lo primero que hice fue buscar a una empresa de trasporte de vehículos para que me lo enviaran a Berlín. Afortunadamente contacté con Transportes Cars, una empresa muy profesional que en menos de 72 horas ya me habían enviado mi coche a donde yo vivía. Sin ningún rasguño y tan bonito como siempre. Eso sí, esos tres días sin coche se me hicieron eternos. Es como una droga. Necesito conducir para sentirme feliz.
La verdad es que la forma de trabajar de esta empresa me gustó mucho. Uno de sus profesionales se puso en contacto conmigo por teléfono 24 horas antes de hacer la entrega y así confirmamos la dirección. Lo más curioso es que si en el momento de la recogida o de la entrega no estás presente, no es ningún problema. Es tan fácil como decírselo a un familiar o amigo que esté disponible. Si finalmente no hay nadie disponible, pueden hacer la entrega o recogida posteriormente, eso sí, con un coste adicional.
Asegurado
Como os digo, en mi caso no pasó nada, pero tu vehículo está asegurado completamente para daños tanto exteriores como interiores. Además, el seguro de coche propio no se verá afectado de ninguna manera. Los precios de sus servicios de transporte nacional e internacional de vehículos por carretera, dependen del tipo de vehículo (turismo o furgoneta) y también de la zona de recogida.
Nunca pensé que podría ser tan fácil tener mi coche en Berlín en tan poco tiempo. Una gran idea porque no me imaginaba que mi Toyota Auris pudiera llegar en condiciones si se lo dejaba a alguien de mi familia. Y es que no es la primera vez que dejó un coche, y me lo devuelven hecho chatarra. Por eso decidí desde hace años que nunca más volvería a prestar un auto. Ya se sabe ese dicho, no me acuerdo de quién era, que lo que se monta no se presta.
En todo este tiempo que llevo conduciendo han pasado por mis manos una Renault Express, Renault Laguna, Citroen C2, Nissan Primera, una Toyota Yaris, y ahora un Auris, y os puedo decir que a todos les he tratado con mucho cariño. Es más, soy de esos conductores que pueden presumir de mantener los 15 puntos del carnet de conducir, y mira que estoy por carretera. Para mí, los coches forman parte de mi vida y de mi corazón. Aunque mucha gente no lo pueda entender.