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Redistribuir espacios, la mejor manera de luchar por la eficiencia en la oficina

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No cabe la menor duda de que uno de los objetivos de todas las empresas, con independencia de su tamaño y del sector de producción al que se dediquen, es el de asegurar la eficacia y la eficiencia de todos y cada uno de sus trabajadores y trabajadoras, algo que es de vital importancia para garantizar sus beneficios pero que, en ocasiones, es algo terriblemente complicado. Desde luego, no todas las empresas son capaces de garantizar esta cuestión. Y es que son muchas las cosas que hay que tener siempre en mente para tratar de dar con la tecla en lo relativo a esto.

Una de esas cosas depende, al igual que muchas otras, de los propios instrumentos que la empresa le otorga al trabajador. Si esos instrumentos cuentan con las últimas tecnologías y están perfectamente cuidados, el trabajador tiene un porcentaje más amplio de posibilidades para ser eficiente. De lo contrario, esas posibilidades descienden de un modo más que considerable. En los párrafos que siguen vamos a hablar de algo tan simple y tan común como lo es la simple distribución de la oficina, que es indispensable para garantizar esa eficiencia tan importante para todas las empresas.

La distribución de la oficina juega un papel muy importante en todo esto. Es algo que ya está más que estudiado por todos los profesionales dedicados a un asunto como los recursos humanos. Por eso, dedicar una parte del presupuesto de la entidad para tratar de conseguir una mejor eficiencia y comodidad para el trabajador (ambas cosas están directamente relacionadas entre sí) es necesario y cada vez es una acción realizada por más y más empresas. Un cambio, aunque no sea demasiado grande, puede traer resultados considerablemente mejores para el desarrollo habitual de la entidad.

Los espacios de nuestra oficina tienen una gran importancia a la hora de garantizar un trabajo más eficiente por parte del personal de una empresa. Es vital que los responsables de la misma tengan esto en cuenta. Por poner un ejemplo, hay que diseñar nuestra oficina de un modo en el que los empleados tengan todo lo que necesiten a mano y que se reduzcan tiempos en desplazamientos. Parece que, en los últimos años, hay cada vez más entidades que están teniendo cuestiones de este estilo en cuenta. Así nos lo han comentado los profesionales de Delbin, una entidad dedicada al asesoramiento en lo que tiene que ver con el diseño de interiores y a la venta de productos como mamparas divisorias de vidrio o madera.

La ineficiencia es habitual en las empresas españolas

Un artículo que fue publicado en el portal web Edenred se preguntaba, desde su mismo titular, cómo puede ser una persona mucho más eficiente en la oficina. El artículo asegura que cada español pasa, de media, un total de 9 horas y 19 minutos en su puesto de trabajo, pero que solo durante 6 horas y 34 minutos ese trabajador es eficiente. Es decir, perdemos casi 3 horas al día en nuestro trabajo que no aprovechamos. Y eso no siempre es culpa del empleado. De hecho, este tipo de cifras se producen como consecuencia de no disponer del material adecuado o de la ergonomía necesaria.

Si eso es así, cuestiones como la satisfacción o la motivación se derrumban por completo. Un artículo publicado por el diario Expansión, un medio que tiene mucho que ver con todo lo que rodea a cuestiones de economía y empresa, asegura que trabajar más horas no nos hace más productivos ni mucho menos. La noticia ofrece un dato que es muy interesante y que hemos querido rescatar para la causa: el 80% de nuestra productividad se consigue con el 20% de nuestro tiempo. Esto habla a las claras de que hay momentos en los que el empleado apenas es capaz de producir. Y no siempre es culpa suya.

Desde luego, no cabe la menor duda de que el responsable de un determinado departamento o empresa tiene mucho que ver en el hecho de que la gente que se encuentra bajo su mandato sea eficiente o no. Cuestiones como la motivación explican lo que acabamos de comentar. Si un empleado está feliz, resulta evidente pensar que trabaja a guato y que pasa la mayor parte del tiempo haciendo esas cosas que explican su felicidad, o sea, cuestiones que están ligadas directamente con su trabajo. Y si, además, está cómodo en su oficina, todavía mejor.

En España todavía tenemos que pulir algunos detalles para que las empresas tengan una eficiencia como las que protagonizan empresas de otros lugares de Europa como Alemania o Suiza. Es bastante complicado pasar de una cosa a la otra de un modo rápido, pero está claro que es un proceso con el que tenemos que empezar a la mayor brevedad posible. ¿Seremos capaces de conseguirlo? La respuesta es que depende. Depende de si empezamos a redistribuir nuestros espacios y empezamos a tener una cultura diferente en lo que tiene que ver con ellos.

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